jueves, 7 de marzo de 2013

Primera etapa de El Reto del Quetzal

Esta mañana ya no había papel toalet en la habitación del Hotel, entre Rómulo y yo nos lo terminamos, pero al menos para mí es normal antes de las carreras.

Lo bonito fue que en una de esas Ro salió del baño con el IPad y un video para que lo viera antes de comenzar la primera etapa... Es un video que hemos visto montones de veces y que nos ha inspirado en montones de ocasiones. Eso, me cargó de flow.

Desayunamos con un tico simpático que corre en mixto también con una francesa, y luego buscamos las bicis y salimos el grupete (Luis, Morris, Paco y nosotros) rodando juntos a la finca donde se realizó la primera etapa, íbamos lento y apenas si calentamos, el clima estaba frío.

Ya estaba todo montado, apenas llegamos nos reconoció una venezolana que lleva la revista "BICI MOTO" junto a su esposo aquí en Guatemala, la conocimos el año pasado, y por su puesto por ser compatriotas nos tomó mil fotos, habrá que buscar la revista luego.

Al poco tiempo entre saludar a la gente, ya nos llamaron para la fila de registro, salimos adelante de otro equipo mixto de gringos, muy agradables. En la salida estaban los Lavagnino (familia de Paco, Roxana y sus tres hijos) que nos daban ánimo y nos tomaron fotos también.

Comenzaron los nervios, ya habíamos definido el día anterior una estrategia, cada minuto y medio salía un equipo. Hasta que fue nuestro turno.

Nos dimos un besito de la suerte y ¡PLOMO!, arrancamos duros pero todavía fríos y con el corazón saliéndose, a las pocas curvas ya agarramos mínimo. Y Rómulo me pasó la cadena de perro, la sujeté a mi bici, y seguimos. Me ayudó muchísimo a mantener un ritmo, me daba impulso y pronto íbamos muy bien durante toda la subida, incluso en las partes técnicas. Igual fui a un ritmo tope, dándole a lo que podía.

Al llegar a los chinchorros (subidas y bajadas cortas) despegamos la cadena... Y fue ahí que me di cuenta que no me podía poner derecha de dolor en la barriga, nada más me había pasado corriendo, pero nunca rodando (es la sensación que llamamos cuando te duele el bazo), bueno pero en la bajada se me fue quitando.

Un poco antes de la última subida le pedí ayuda a Ro, porque esa sensación me tenía tiesa, pero igual siempre pedaleando duro a lo que daba, el me empujó un poco con su mano y comenzó la bajada.

Les digo, la verdad es que ayer practicando la ruta, bajé mucho mejor. Esta vez bajé un poco más lento pero más controlado. Solo no me salieron 2 codos, inclusive se me salió la cadena en uno de esos, pero la metí rápido y seguimos.

Como hacía frío, se me aflojó la nariz, y como había tanto polvo y yo iba detrás de Ro, se me empanizó la cara, bien bello.

Pica, escalón, hueco, codo, roca, me iba avisando Ro, y en general fluimos muy bien hasta conectar con la carretera. Yo iba gritando: VOY, VOY, solo para que el no tuviera que voltear a ver si yo venía.

Al llegar a la carretera, me pasó la cadena de perro otra vez, enganchamos y pedaleamos duro durante un kilometro de falso plano hasta la meta.

De 5 equipos mixtos, logramos el mejor tiempo. Así que estamos muy contentos, por este buen comienzo. Sin embargo, la etapa de hoy no tiene nada que ver con la etapa de mañana de 90km, mañana es que realmente comienza la carrera.

Más tarde iremos a la cena de premiación donde disfrutaremos de una pastica y un podio (¡yuhuuuuuuuu!). Mañana les contaré que tal la etapa 2. Ahora estamos en un café después de un buen almuerzo y unos masajes de recuperación.

Mañana salimos hacia Panajachel, buenas noche y a rodar,

L.A.













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