viernes, 23 de junio de 2023

Hundito 2023, El retorno de Ligiana.

 

    

    Este año la salida de Hundo fue a las 8 am y a las 10 am fue la de Hundito, pensé al principio que era bien tarde para una carrera de bici, pero no saben cuánto agradecí ese día que fuera así porque estaba nublado y haciendo bastante pacheco esa mañana. Salimos juntos Ro y yo de la casa dejando a los chiquitos (6 años y 1 año) con la abuela Iye, y después de una larga noche porque Kai estaba quebrantado y se despertó varias veces esa noche. De hecho, Ro pensó en la madrugada que ya no íbamos pero cuando sonó el despertador a las 5 am ya Kai estaba mucho mejor y teníamos todo listo así que solo me saqué leche antes de salir, montamos las cosas en el carro y nos fuimos. Ro había arreglado y acondicionado mi bici para la carrera y menos mal porque mis pastillas de frenos ya les quedaba poquitico. Por la carretera se sintió raro estar los dos yendo a una carrera como en los viejos tiempos y también nos impresionaba lo verde que está Colorado este año en el verano. Ha llovido tanto tanto esta primavera-verano que ya las montañas en la carretera no son marrón rojizas sino verdecitaaaas con pastizal verde como en los aniegos llaneros. 


    Llegamos a las 7:00am con ese frío yo no quería ni bajarme del carro, además todo el monte del estacionamiento que llegaba a las rodillas de tanta lluvia, estaba empapado, menos mal ya sabemos como es y nos llevamos buenas chaquetas. 





    Me sorprendió ver tanta gente en la salida de Hundo, Ro salió adelante y concentrado. Apenas fue la salida fui a esos baños portátiles que es como cuando ruedas al filo de un barranco, nunca puedes ver hacia abajo. Y cuando salí estaba Nahysa y Rafael Camacho. Rafael Camacho lleva un año en Colorado y para esta carrera entrenamos juntos los 3 (venezolanos todos) varios fines de semana. Nahysa de hecho nos llevó a Buffalo Creek a hacer gran parte de lo que fue el recorrido de la carrera. Nahy vive por la zona, y ya es baquiana de los lado de Buffalo Creek. Para Rafa en cambio fue su primera carrera coloradense, y creo yo que no tenía mucha idea de cómo iba a ser todo. Los tres nos resguardamos del frío, con una conversa y unas chalequeadas hasta la hora de nuestra salida en el carro de Nahy.



Y bueno felicitaciones especiales a Ro, quien aunque no se ha podido medir bajo buenas condiciones desde que llegó del Cape Epic, en Hundo no sólo hizo podium en su categoría llegando en tercer lugar con 20 segundo de diferencia del segundo, aun más significativo, hizo 10mo lugar en la general en una carrera que estuvo llena de gente dura. Estoy super orgullosa, que bien se sintió verle en el podium. Al fin se asoman los resultados de una dedicación y pasión admirable. Que siga el FLOW! 








¡Feliz vida y a rodar! 

L.A.

 

viernes, 2 de julio de 2021

HUNDITO Junio 2021

Hacía tiempo que no me había metido en carreras de MTB (al menos más de 5 años). Esta vez tampoco me inscribí yo, la verdad es que Ro me regaló la inscripción. Y que rico se sintió vivir otra vez desde adentro, el ambiente, los sonidos,  inclusive el friito con el que normalmente se arrancan las carreras y el calor con el que se termina. La magia de las carreras, que activa esa adrenalina y hace que des lo mejor de ti en cada pedaleada sin importar lo entrenado que estés. 

Hundo y Hundito están organizadas para coleccionar fondos para apoyar a ciclistas jóvenes de la zona y para mantener y mejorar la calidad de los trails.  Ro y Nibo hicieron Hundo 100 que arrancó a las 7:00am y yo hice con Nahy, Hundito 50 que empezó a las 9:00 am. Dos circuitos con muchas partes en comunes pero que no eran iguales, Hundo fueron 105 km y Hundito 60 km. Konrad aunque no hizo carrera ese día, no le tocó fácil esta vez se quedó con los chamos (Ela, hija de Nahysa y Konrad y con nuestro hijo, Cadel) ellos tres son parte de nuestra familia en Colorado. 

Nahy y yo en la salida


La carrera fue el pasado 19 de junio del 2021, no era técnica pero sí muy entretenida, muchos coditos de arena suelta (switchback), repechitos, rocas, raíces. Así casi toda la carrera ibas encontrando ciclistas lejos y cerca por los zigzag. Casi todo el tiempo fue un solo single track así que si no pasabas en lo que se ponía ancho, te quedabas atrapado en un tráfico de bici fácilmente. En fin, algo rico de esta carrera es que como no estaba muy entrenada eso ayudó a que no me montara presión encima sino que me la tripie un mundo. 

Faltando como un par de kilómetros para la llegada, me encuentra Ro y baja el paso, lo que lo animó para que siga me dijo, no, quiero que frijolito nos vea llegar juntos.  Así que yo subí el paso y efectivamente vimos a Ela y a Cadel correr a la meta para recibirnos, verlos correr fue mi parte preferida de toda la carrera.

Nahy ya estaba fresca en la meta tenía rato de haber llegado, incluso hizo segundo lugar en su categoría y quinta mujer en la general lo cual es bastante decir con el poco de monstras que habían. Ro hizo cuarto en su categoría, yo séptima. En fin, lo más rico fue sentarnos la Sra. Gladys, Nibo, Konrad, Nahy,Ela Cadel, Ro y yo a compartir un burrito y luego ver la premiación de Nahy, como en los viejos tiempos pero ahora de mamá, muy sabroso los dos mundos juntos.  

Foto de la pagina de HUNDO (Tio Konkul con los chamos)





Foto de la pagina de HUNDO (Nahy en accion)

Ro y yo en la llegada


Pumba y Timon 

  

domingo, 27 de septiembre de 2020

THE WHOLE ENCHILADA (W.E.), Rodada de Aniversario

En el lejano oeste existe esta ruta clásica de descenso del ciclismo de montaña llamada "The Whole Enchilada" y la llaman así porque tiene de todo, todos los tipo de terrenos.  Esta localizada en Moab, Utah. Comienza a 3392 m.s.n.m. y termina a 1227 m.s.n.m. empezando con un clima y vegetación de alta montaña, con praderas y pinos y terminando en pleno desierto, después de recorrer alrededor de 56 km. Hacía rato que quería venir para Moab a hacer esta ruta. 

Subimos en un "por-puesto" (shuttle) desde Moab por 1 hora, que tienes que alquilar semanas antes porque sino te quedas sin chance. Especialmente comenzando el otoño, que es cuando más bonito se pone, más fresco y a la vez sin nieve todavía. Gracias a Nahysa que nos ayudó a alquilarlo y a hacerlo posible, pues no solo nos guió, alimentó, consintió y hasta nos cuidó a Cadel en el campamento mientras íbamos, también hizo la misma ruta al día siguiente y hasta más eficiente.

 

El ambiente del por-puesto era agradable, gente de todas partes viene a recorrer esta ruta que esta entre las mejores del mundo para hacer "downhill" en bicicleta montañera. Por su puesto este año era gente con tapabocas, más locales y de los estados cercanos. Nosotros fuimos a celebrar nuestro noveno aniversario así que les iré contando de cada etapa de la Whole Enchilada (W.E.) y de “we” (nosotros) también.

ASCENSO AL BURRO PASS: Comienzas arriba como los reciencasados, viendo todo bonito, frescos con un clima sabroso, lleno de pinos, caminitos de tierra y bajadita. Pero casualmente comenzamos un poco perdidos también. Porque esa gente se bajó del shuttle y se lanzaron todos como si fuera una carrera, Ro y yo fuimos cada uno al baño antes de lanzarnos (recomendación: mujeres vayan primero, porque si van de último los hombres sienten que nos esperan una eternidad, sin importar lo que ellos hayan tardado). Bueno entonces, cuando estábamos listos para arrancar, ya no sabíamos por dónde era, habían como 4 caminos y no era obvio. Arrancamos por uno que no nos convencía, y se nos habían pegado dos señores vestidos de Robocob de tantos protectores que tenían que se notaban que la estaban haciendo por primera vez como yo. Seguimos un rato para arriba aunque no vimos muchas huellas de bicicleta pero yo elegí un buen navegante de compañero, que inmediatamente se activó y buscó el mapa en el teléfono y empezó a buscar por dónde es que era la famosa guarandinga. No era ese camino, así que hicimos lo que se hace cuando estas perdido, volver al último punto dónde viste a tu gente o en este caso, gente. Y ahí estaba el camino esperándonos. Ro se devolvió a avisarle a los señores y nosotros le dimos pa´bajo.



Como les mencioné antes, aquel camino empieza suevecito y bajadita, de luna de miel pero luego comienzan las subidas empinadas donde vas pedaleando bastante y otro rato empujando a la bici  y logramos llegar al tope, el Burro Pass, con una vegetación de pradera. Particularmente para mi el Burro Pass simboliza resolviendo vivienda, trabajo, gastos, etc. Afortunadamente, hemos contado con mucho apoyo en nuestra etapa del Burro Pass de la familia y amigos. Pero también como a miles de venezolanos nos tocó emigrar y comenzar otra vez, que es como si cuando llegarás al tope del Burro Pass te mandaran pa’trás y a volver a empezar. Seguimos arreando nuestro burro, pero al menos ya está encaminado. 

 

En el Burro Pass comienza la bajada, a desbloquear ¡y plomo!. Empiezas pasando puras raíces y coditos con tierra muy suelta. A mi normalmente se me dan los coditos (cruces 180 grados) muy bien, pero esta tierra estaba tan suelta que hasta en el los rectos iba deslizando y coleando cada vez que frenaba, el camino era largo y estábamos comenzando. Así que desenganchaba y pasaba. Ro si pasaba coleando y con barranco abajo, ya saben como es.

Luego raíces y más raíces, piedra escalón, puentecito, y un riíto, en donde nos paramos a recargar agua.  (este es el único lugar donde se puede agarrar). Ro que había venido 5 años atrás me dice: -ya pasamos la parte fácil. Y yo: -¡AY! NO ME DIGAS. Luego empezó una de mis partes favoritas de toda la ruta, donde vas rodando entre "aspens" un tipo de árbol muy común acá con ojos en sus troncos y colores en sus hojas, especialmente en esta época. Un amarillo encendido tipo araguaney que en este caso contrastaba con el verde de los que aún no cambiaban de color y con el marrón desértico de fondo. 





HAZARD COUNTY. Paramos a comernos unos sándwich y vimos varios chamos parados comiendo también. Después del sándwich venía una subida más o menos. Ro se engulló ese pan, y me veía con ojos de presión, yo que ya lo conozco le digo dos mordisco más y le damos. -OK (y se ríe porque sabe que ya le leo la mente). 

Empezamos a subir y yo con el “PB&J” en el güergüero. Arriba, íbamos en "flow", disfrutando, riendo y pedaleando, habían paradas llena de grupos, yo iba adelante en esa parte y Ro me gritaba: - como en el monopolio, como en monopolio (sin pasar por GO ni cobrar 200), y seguimos pa’bajo. En esta parte ya se habían acabado los árboles altos y sus sombras. 

Si fuera por mi, me paro a tomar foto a cada mariposa, vista y árbol que veo y si fuera por Ro llega abajo sin ver para los lados y sin tomar foto. Con los años ya estamos encontrado ese punto medio, pero Pujito y Postína han tenido más de un encontronazo en 9 años.

Así en flow llegamos a KOKOPELLI en donde entras a una parte de carretera angosta, con vista al planeta Marte, o lo que parece, un desierto de piedras rojas y formas locas. Ahí nos pasaron un montón de carritos "buggies" saludandonos y levantando el polvero a su paso. 


Luego viene UPS (UPPER PURCUPINE SINGLETRACK) esta zona yo diría que es como cuando tienes chamos. El pedrero y la parte técnica con la vista más hermosa pero el precipicio cerca, todo un reto para las relaciones. La parte que hace que valga la pena el esfuerzo de la rodada aún más, donde le ves el queso a la tostada. Donde tienes que ir concentrado tomando buenas decisiones. Ahí Ro después de tener rato bajando y subiendo técnico me dice: - ahora es que empieza lo más rudo, y yo y que: -¡AY! NO ME DIGAS, ¿estás seguro que no la pasamos ya?. Esta parte tiene uno que otro arbolito, pero ya todo es mas seco y cambia todo.

Durante toda la ruta yo voy, convenciéndome en mi mente de que todo esta bien, que estamos a salvo y haciendo de esas afirmaciones que te centran en donde estas, porque es muy fácil para mi, especialmente después de ser mamá, dejarme llevar por los miedos o por "el que pasa sí", pero eso no ayuda en esos momentos en el que tienes que estar 100% presente y conectado con lo que estas haciendo, para tomar buenas decisiones. Y a la larga tampoco ayuda dejar de hacer lo que te apasiona por miedo. Se busca la manera más responsable de hacerlo que se pueda e ir buscando el equilibrio y en esa búsqueda se pasa toda la vida. 





Cuando comenzamos LPS (LOWER PURCUPINE SINGLETRACK), empezamos a entrar en la parte mas desértica y donde es solo “piedra, patada y Kong Fu” pedrero loco, un barranco sin sentido, escalón, piedra, escalón, piedra y no queda más que buscar: la ruta más limpia, que es el camino más fácil, que no necesariamente es la misma para cada uno. Es más, yo más de una vez me fui detrás de Ro para seguirle la línea y casi me iba de jeta, me acordé de Jorge Inciarte que le decía “por qué hacerlo fácil cuando lo puedes hacer difícil” la ruta limpia para Ro no era la mía pero cuando encontraba la mía fluía buenísimo y como en el matrimonio no puedes pretender que el otro vaya por tu ruta ni tu por la del otro. Y en ese error caemos todos.



Ro sube como una cabra, que definitivamente no es mocha, y yo cada vez que yo lograba subir algo pelu`o decía: "el que anda con cabra, al año cabrea". Y así llegas a la parte de abajo en donde  ya se ve cerquita el río Colorado. La última parte, PURCUPINE RIM y en el SINGLE TRACK, tienes calor, sed, hambre, estas obstinado. Ro además tiene que esperarme, y yo además voy chorreadísima porque en esa parte vas en un filito con el barranco al lado, que si te equivocas no lo cuentas, desengancho y camino un buen trecho. Y ahí es cuando el amor no basta, es cuando tienes que respirar y pensar en que cada quién está haciendo lo mejor que puede, y es cuando no te soportas a ti mismo, menos al otro. Algo así como una cuarentena, que nos puso a prueba a toditos.








Pero la alegría vuelve otra vez cuando vez la calle, y la ilusión vuelve al cuerpo, cómo que lo logramos lisos pensé (sin pinchazos, sin caídas) y contentos. Como en el alpinismo, no haces cumbre hasta que no llegas, en este caso al carro. Faltaba pedalear en asfalto como 5 km. más, esos me pegaron muchísimo porque mentalmente había llegado, pero le chupe rueda a Ro y se hizo más llevadero. Íbamos en un carril diseñado para ciclistas y peatones que bordea al río Colorado, que resultó que era verde en Moab. Y llegamos con calor y mucha sed al noveno aniversario y también al carro, así que brindamos con una birra y nos fuimos al campamento a ver rápido a nuestro frijolito mágico (Cadel). Después de una ruta no muy fácil pero enrriquecedora,  aprendiendo a rodar más juntos cada vez y avanzando a nuestro ritmo, que no es el de Pujito, ni el de Postina sino uno intermedio, en el que tomamos fotos y comemos pero al mismo tiempo llegamos con buen tiempo abajo, (ese día fueron casi 5 horas en movimiento). Esperando rodar muchas más rutas juntos y que el flow nos siga acompañando.

FELIZ VIDA Y A RODAR,

L.A.

Si la están pensando hacer, acuérdense de llevar mucha agua y comida (como para todo el día), tripas por su puesto, primeros auxilio y equipos de repuesto para la bici, claro. Acuérdense también de reservar el shuttle y planificar pasar todo el día haciéndola (así la hagan en 3:30 horas como la hizo Ro su vez pasada) por si las moscas.


Ahora disfruten de este video que cuenta mejor que yo, la ruta... 



lunes, 7 de septiembre de 2020

Revelaciones del cerro

    Esta aventura comenzó subiendo un cerro, pero no precisamente este que acabamos de subir. Esta historia comenzó subiendo el cerro El Ávila, yo tenía como 7 años y subía en carro con mi familia a visitar a la hermana de mi abuela, la única e inigualable Silvia Jurado casada con el ilustre Dr. Gabriel Briceño. Este doctor tuvo tremenda trayectoria y también escribió y publicó decenas de libros. Y a quién tuve el honor de conocer ese día y este señor viejito con ojos tan sabios que me parecían de papá Dios, preguntó lo que muchos adultos le preguntarían a una niña curiosa; que prestaba atención a todo lo que nos iba mostrando en lo que recuerdo como una casa enorme del adulto en cuestión: 

- y tú que quieres ser cuando seas grande?

A lo que respondí con sonrisa en mi cara y ilusión en mi corazón:

- ESCRITORA como tú.
 

    Por su puesto conmovido ese señor con alegría y guarapo aguado me contestó: 

- pues entonces te voy a dar un consejo: 

Lee todo lo que puedas, desde un anunció, un cuento, una revista, un libro pero lee todos los días.





    Este cuento empezó subiendo un cerro y 30 años más tarde, por supuesto en este 2020 que vino a sacudirnos a todos, subiendo otro cerro se desveló y no por arte de magia,  sino por sucesión de actos, decisiones y consecuencias en un cerro que si es mágico, frente a una laguna majestuosa bajo un cielo que: primero para empezar, nos regaló la estrella fugaz más lenta que he visto, que luego se llenó de constelaciones y vía láctea hasta llenar cada rincón de estrellas  y que más tarde apareció la luna esplendorosa que iluminó mi mente para responder o recordarme a mis 37 años cuál era mi vocación... que resultó que no fue "kickingball", ni piano, que aunque hice teatro apasionado y excursiones al llano, que aunque canté en el coro con una voz no entonada pero muy emocionada, que aunque hice voluntariado a los bomberos realmente bien entregado, misiones al Delta Amacuro, baile la danza Kuduro, probé ingeniería de materiales mención polímeros y pelé más bola que el fugitivo. Soy Biologa de la Simón orgullosa de mi profesión y es que aunque me encanta lo que hago aún así no "jallaba" cuál es que era mi vocación. Y rodando y contando me dieron un buen empujón y las aventuras y la bici que alimentan mi alma libre y rebelde, y el yoga el espíritu y la naturaleza TODO pero aún no "jallaba" cuál es que era mi vocación y aunque este es un boceto que no esta nada editado les escribo dentro de una carpa con el pecho bien apretado para decirles que le agradezco al cerro y a todos en el camino que me trajeron hasta este momento. Donde por fin puedo decir algo que estaba muy adentro sin que me nada por dentro. Puedo decir qué quiero ser cuando sea grande que bueno que le encontré antes de que fuera muy tarde. 


    Y todavía yo no sé si escribiré para sacarle una sonrisa a mis hermanos y tíos, o para que mi mamá se tomé el café con algo entretenido, o para acompañar a Arturo al baño, o para prevenir que Cora lea las noticias, o tal vez solo lo haga para leerme yo misma en el futuro y viajar al tiempo con los cuentos.  Lo importante es que encontré eso que por fin se hace porque te gusta y que lo haría aunque no me pagaran y que lo haría aunque no me leyeran pero si ya leíste hasta aquí me has dado esperanza de la buena. 


    Soy escritora de vocación y eso no significa que tienen que leerme eso solo significa que voy a empezar a escribir.


L. A. 

jueves, 17 de septiembre de 2015

Phil's Birthday Challenge

(English version at the bottom)

Phil es un tipo que ha vivido siempre aventurando, instructor de buceo, instructor de ski, ciclista de ruta y me cuenta que se está comprando una bicicleta montañera también. Pues que mejor manera de celebrar su cumple número 66 que haciendo un reto sobre la bici. El reto era llegar a la cumbre del “Mount Evans” pero desde la tienda de bicicleta para la cual también lidera las rodadas (Bicycle Village).

Phil (Birthday boy)

Una ruta descabelladamente larga y con mucha escalada, que él la tenía pensada desde hace tiempo, yo me metí en ese plan el sábado anterior, cuando entre varios me animaron. Un poco asustada pero allí estuve antes de las 6:30 am para arrancar con el grupo a la que sería la rodada más larga de mi vida hasta ahora.

Arrancamos con un amanecer espectacular, éramos: Phil, Blake, Craig (Blake y Craig con bicicletas híbridas con cauchos de fatbike) y Steve (que fue a acompañarnos solo un rato porque tenía que trabajar), en el camino a Golden se nos pegó John. John es un ciclista, que escala bien por naturaleza, pana de Phil desde hace años, apenas un año menor, y que también tiene tiempo en el ciclismo y cuando sale a rodar con su hijo, que es de mi edad, le deja el pelero.

Así que subimos una vía empinada que se llama Lookout y empezó a calentar el día. Al llegar al tope, compartimos barras hechas en casa que llevó Blake, y seguimos para conectar con la autopista I-70 y llegar al comienzo de Squaw Pass. Pues resulta que en esa entrada estaba Ed, otro viejo simpático y ciclista que no rodó con nosotros esta vez porque no quería retrasarnos, pero se apareció en su carro con una cavita llena de bastimento para nosotros, demasiado bello.

Además Ed, se llevó su súper cámara con trípode y todo, y nos tomó las fotos que se muestras aquí entre otras, nos iba animando y pendiente de todos.  Squaw Pass es una sola subida larga, pero no muy empinada. Es espectacular, entre árboles de Aspen de colores y con pocos carros. Está perfecta para rutear. Con una vista a las montañas impresionantes.

En eso empezó a pegar el frío y las narices a aflojarse, y Phil comenzó a cantar una canción que decía algo así: ¡MOCO! OOOODIO LOS MOOOCO, que suben y bajan se deslizan por tu boca, saben saladitos, son asquerosos, ¡MOCO!, ODIO LOS MOCOS…

Hicimos alguna parada para comer algo rápido y tomarnos fotos y seguimos hasta Echo Lake. En Echo Lake empieza lo bueno, 22,5 km de subida hasta el tope. Que como yo los iba contando en millas se me hacían un pelo más corto. Ahí traté de llevar mi paso y mantenerlo. Arriba empezó un viento bien fuerte, pero también empezaron las curvas en zig-zag, entonces en una curva ibas mentando madre, y en la siguiente, gozando una. Así me fui emocionando mientras veía el tope, y desesperándome por llegar a la vez.    

Ed supporting us, Craig in a kind of fatbike

Al fin llegamos arriba, después de casi 7 horas 40 minutos, desde que salimos y con 104 km encima. Allá arriba nos tomamos fotos, nos pusimos chaqueta, guantes, buff, etc; y comenzamos una bajada en donde inevitablemente, entre el frío que te dormía los dedos y el pavimento que no estaba muy bueno, ibas pariendo aún en la bajada.


Mt Evans road 
Pero en Echo Lake, todo mejoró, entramos al bar y el cumpleañero nos brindó, comimos, brindamos y empezamos el resto del descenso que sí se disfruta un montón. Sin embargo, faltaba mucho que pedalear y al llegar a Golden, la ida para la tienda era en falso plano y con varios repechitos.  Pero le dimos turnándonos, se fue John a su casa y nosotros hasta la tienda. Llegamos al atardecer, después de un día maravilloso con 202 km en las piernas y casi 4000 m de desnivel acumulado. Sentí que empuje mis limites un poco más allá, haciendo algo que sonaba totalmente desquiciado para mi. Pues ahora iremos por algo aún más desquiciado. 



Echo Lake bar


Feliz vida y a rodar

L.A



(This is not a translation) 

Sometimes, when people believe in you, you find the confidence necessary to do extraordinary things. This was one of those cases. Yesterday, to celebrate his 66th birthday, Phil decided to try a challenge that he´s been wanting to do from a long time ago. Phil’s Birthday Challenge 2015: the goal was go to the top of Mt. Evans (14,130 ft of elevation) from the Bicycle Village shop (Westminster 5,384 ft of elevation).


We met at 6:30 am at the shop and started at 6:45 am, but before we left, we took an us-ie (Phil's term, which is a selfie but for all of us). Phil, Craig, Blake, Steve and I started to pedal on a beautiful sunrise, on what we knew was going to be a very long but wonderful day. On our way to the city of Golden, John joined us and we kept moving. We climbed Lookout, and tried some of Blake´s homemade bars at the top.  We kept riding through highway I-70 and on our way we all heard Phil was speaking on the phone. He was telling someone where we were. We all got curious: “-Who is joining us? -Who else is coming?” We asked, while we kept moving. -Is Ed,said Phil, -Is Ed coming with us? … no answer.




Picture: Ed (Erdal Oskay)
When we arrived to Bergen Park in Evergreen, John and I went to refill our bottles and when we returned, there he was!!!. Ed, was there with his car, and a bunch of drinks, cookies, bars and water. It was awesome, we didn’t expect to have any support on the road, but what a support we got!. Ed was cheering us up, and taking professional pictures of us. Up to this point, Steve was with us, then he had to go back to work.


We started on Squaw Pass road and I remember that in one part Ed was waiting for us with his camera in a tripod, finding the best way to shoot. John yelled: HEY! We scared him and he didn’t have too much time after he saw us to shoot. – You guys are too fast, he said. After a while, still climbing on Squaw Pass the temperature dropped down and our noses started leaking … and Phil started to sing: BOOOOGER! I HATE BOOGER …I was laughing so much that I couldn’t pedal any more.


Picture: Ed (Erdal Oskay)


Picture: Ed (Erdal Oskay)

Picture: Ed (Erdal Oskay)

Picture: Ed (Erdal Oskay)

Later on, we stopped in the middle of the road, because Ed noticed a beautiful view with colorful aspen trees. The two fat tires guys, however, were in the front and  missed it. The fall colors popped up throughout the road, and I was excited about it, because I´m living the seasons for the first time.


At the top of that road, Blake, Craig and Ed were waiting for us with food. We drank, we laughed, and we took pictures. And finally, a little bit of downhill to Echo Lake. At Echo Lake, we stopped again for a quick refill of water.



Picture: Ed (Erdal Oskay)

Then, we faced the hardest part, the conquest of the Summit of Mt. Evans. Only 14 miles, but very long ones. At my own pace and trying to focus my mind on positive things (because I was already tired and my back was killing me), I was counting down the miles, which is much better than counting down kilometers; you feel like is less. In the upper part, the road had many switch backs just in a few miles, and you could feel the wind against and in our favor; downwind, upwind, downwind … (or like Craig said: WOHOO, AAH, WOHOO, AAH). The difference was overwhelming.  When I arrived to the top, Craig and Blake were with two motorcyclist, looking like if they knew each other since a long time ago, but no, they had just met a few minutes before. 


We took some pictures at the top, put some clothes on, and very quickly we started descending. We were freezing, and the road was not smooth, therefore it was very difficult as we could not feel our fingers.

We ate and celebrated in Echo Lake, before riding back and arriving with a beautiful sunset to top up the wonderful day.  For me, it was an  important day, I pushed my limits, and that felt awesome. We all hope (mostly John) to be here for next year’s Phil´s Birthday Challenge.  After 125 miles and over 12,000 feet of elevation gain, I can say that is definitely easier when you accomplished challenges with a great team. 


Enjoy the ride!

L.A.